Sin rehenes no hay humanidad: la evasión de responsabilidad de los palestinos

Por ALEX WINSTON, 21 de abril de 2025 

Nunca debe olvidarse que Hamás desencadenó esta guerra. Sigue reteniendo rehenes. Se esconde entre la población civil. Sin embargo, el comentario de Aghabekian no contiene ninguna condena al grupo.

Es una ironía grotesca que, mientras los palestinos de Gaza siguen muriendo bajo el peso de las decisiones de Hamás y las represalias de Israel, los dirigentes palestinos, aquellos que dicen representar a su pueblo en el escenario mundial, aún no hayan pronunciado la única frase que podría empezar a trazar un rumbo hacia la paz: “Devuelvan a los rehenes”.

En una entrevista con el diario saudí Arab News esta semana, la Dra. Varsen Aghabekian, ministra palestina de Asuntos Exteriores y Expatriados, lanzó una previsible diatriba contra la campaña militar israelí en Gaza, calificándola de «guerra genocida» y acusando al Estado judío de gozar de «impunidad». Habló sobre la destrucción en Gaza, la muerte de civiles y el coste humanitario.

De lo que no habló, en absoluto, fue de la responsabilidad de Hamás. Ni una sola palabra sobre los 250 rehenes tomados el 7 de octubre. Ni un solo reconocimiento de que la liberación de los 59 cautivos restantes, 24 de los cuales se cree que siguen vivos, podría lograr un alto el fuego y salvar miles de vidas.

Es fiel a la filosofía palestina. Siempre la víctima, nunca la responsable. 

Israel, a pesar de todos sus defectos y deficiencias, ha presentado propuestas. La más reciente ofreció un alto el fuego de 45 días a cambio de 10 rehenes. Hamás, apoyado en silencio y a veces de palabra por funcionarios palestinos como Aghabekian, la rechazó de plano. ¿Qué clase de liderazgo es aquel que rechaza una vía de alivio, de reconstrucción y de detener la matanza de su propio pueblo?

Aghabekian afirmó que «un alto el fuego duradero implica satisfacer las demandas de ambas partes». Pero debe saber perfectamente que una de las partes rechaza incluso el gesto más básico de humanidad: liberar a civiles inocentes.

En cambio, tacha de «poco realista» la oferta de Israel de abandonar Gaza solo una vez que Hamás se desarme. ¿Qué es, entonces, realista? ¿Debería el grupo terrorista que desencadenó esta guerra masacrando a familias israelíes y tomando rehenes permanecer armado y atrincherado en Gaza? ¿Debería dictar las condiciones de la paz escondiéndose tras mujeres y niños?

Aghabekian afirmó que «un alto el fuego duradero implica satisfacer las demandas de ambas partes». Pero debe saber perfectamente que una de las partes rechaza incluso el gesto más básico de humanidad: liberar a civiles inocentes.

En cambio, tacha de «poco realista» la oferta de Israel de abandonar Gaza solo una vez que Hamás se desarme. ¿Qué es, entonces, realista? ¿Debería el grupo terrorista que desencadenó esta guerra masacrando a familias israelíes y tomando rehenes permanecer armado y atrincherado en Gaza? ¿Debería dictar las condiciones de la paz escondiéndose tras mujeres y niños?

Eludir la responsabilidad

Peor aún es el papel que desempeña la Autoridad Palestina (AP) en este grotesco teatro de evasión de responsabilidades. Aghabekian insistió en su entrevista en que la AP «está haciendo su tarea» para prepararse para la gobernabilidad en Gaza.

Pero ¿dónde está la tarea de reconciliación política? ¿De exigir responsabilidades a Hamás? ¿De usar siquiera una fracción de su plataforma diplomática para exigir la devolución de los rehenes? Si Aghabekian quiere demostrar que la Autoridad Palestina es idónea para gobernar Gaza en lugar de Hamás, que empiece por exigir la liberación incondicional de los civiles que siguen presos en los túneles.

Si la Autoridad Palestina, que ha estado enfrentada con Hamás durante años, se considera la heredera legítima del gobierno de Gaza, tiene la oportunidad (y la ha tenido durante los 18 meses de guerra) de forjar una mejor relación con Israel, exigir la liberación de los rehenes y añadir otro clavo al ataúd de Hamás. En cambio, repiten las mismas declaraciones que el mundo ha escuchado durante décadas: la agresión israelí es genocidio.

Aghabekian afirmó que «no queremos trasladar lo que ocurre en Gaza a Cisjordania» y afirma que el liderazgo está «centrado en evitar más víctimas civiles». Pero ya están muriendo civiles en Gaza, no solo por la intención israelí, sino porque los órganos de gobierno palestinos se niegan a actuar con responsabilidad. En lugar de trabajar para salvar vidas, el liderazgo se centra en grandes conferencias diplomáticas, difundiendo las mismas demandas vacías sobre el derecho internacional y el «genocidio», sin mostrar ningún interés en la solución más práctica e inmediata: liberar a los rehenes.

Nunca debe olvidarse que Hamás desencadenó esta guerra. Sigue tomando rehenes. Se esconde entre la población civil. Sin embargo, el comentario de Aghabekian no contiene ninguna condena al grupo. Solo una simpatía velada, como cuando culpa del fracaso del alto el fuego a las intenciones de Israel, no a los crímenes de Hamás. 

Las muertes de civiles son una tragedia. Pero lo que es igualmente trágico es la negativa de los líderes palestinos a liderar. Su negativa a exigir el regreso de los rehenes. Su negativa a condenar a Hamás. Su negativa a asumir las riendas del futuro de su propio pueblo.

Si diplomáticos palestinos como Aghabekian desean ser tomados en serio, primero deben reconocer la podredumbre moral y estratégica que Hamás ha infligido a Gaza y a la causa palestina. Hasta entonces, la Autoridad Palestina seguirá siendo un obstáculo para la paz, en lugar de una fuerza impulsora.

Fuente: https://www.jpost.com/opinion/article-850929

Asociación Asturiana de Amigos de Israel
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.