ACOM (Acción y Seguridad en Oriente Medio) / 21 febrero, 2025
Ayer el mundo asistió a un sórdido espectáculo del que solo un pueblo que excedió hace tiempo cualquier límite de depravación puede vanagloriarse. Una gentuza que se permite exhibir al mundo su necrofilia, abusando por enésima vez de la impunidad que ese mundo le ha otorgado durante años y hasta ahora. La perturbadora mezcla de culto a la violencia y pérdida de cualquier mínimo rastro de humanidad, que son los únicos verdaderos rasgos característicos de su identidad nacional.
Una vez más, ¿cuántas van?, hoy se despierta el mundo a una nueva demostración de los límites que esos perturbados patológicos están dispuestos a cruzar, pavoneándose con desparpajo de ello ante el público global: los análisis forenses de los cuerpos de los rehenes israelíes que fueron finalmente entregados demuestran que los dos niños secuestrados, los hermanos Kfir y Ariel Bibas, de apenas uno y tres años de edad, fueron asesinados en su cautiverio hace ya más de un año por los terroristas que los retenían. Como si el asesinato no fuera suficiente muestra de su infinita crueldad, estos desalmados mantuvieron al mundo en vilo sobre el destino de estos pobres niños durante más de 500 días, hurgando en el sufrimiento de sus familiares y de todo su pueblo.
Hay más: los forenses también han confirmado que las alimañas han completado su repulsiva performance con la entrega de un cadáver random no identificado en lugar del cuerpo de la madre de los bebés, Shiri Bibas. Lo sabían, y se guardaron su última sorpresa macabra para que fuera descubierta hoy.
Esa chusma inmunda, que cuenta con el apoyo mayoritario y entusiasta de su gente, no ha comenzado a comprender lo que es provocar la ira del pueblo de Israel. Tan acostumbrados están a irse de rositas con la protección de un mundo sin brújula moral. Pero van a sufrir en toda su extensión la furia de una nación. Una que estos infelices no son siquiera capaces de medir.
Y en cuanto al mundo, los medios, la opinión pública, los políticos perversos… esos que, contra toda evidencia, han estado apoyando, justificando, ofrecido su comprensión, o directamente, actuado como cómplices de los terroristas asesinos, todos ellos dejaron hace tiempo de merecer ninguna explicación ni consideración. Descubrirán la irrelevancia de sus quejas y condenas, sus lloriqueos de plañidera, en cuanto se abran las puertas del infierno y esta estirpe maldita descubra por fin el destino que le espera a los que arrancan de su cubil a los indefensos cachorros del león para masacrarlos. Será muy pronto.
Angel Mas
Presidente de ACOM – ACCIÓN Y COMUNICACIÓN SOBRE ORIENTE MEDIO