Mucho “washing” y pocas nueces

Autora: A. Pérez

Han pasado casi 2 años desde la masacre del 7 de octubre perpetuada por los terroristas de Hamás contra el Estado de Israel y contra el pueblo judío. En España, durante estos mismos años, ha aumentado la propaganda antisemita en todos los campos, desde los medios de comunicación hasta las fundaciones politizadas, los colectivos y los colegios, mediante discursos de odio y de una pretendida legitimación de un Estado Palestino que jamás ha existido. Fundaciones y agrupaciones como “Amnistía Internacional” o periodistas, que se deberían suponer independientes, han acusado al Estado de Israel de “sportwashing” o “pingwashing”. Pero exactamente, ¿qué quieren decir con este concepto? Y, sobre todo, ¿cuál es el objetivo real de todo esto?

El concepto de «washing» se refiere a una estrategia discursiva, mediante la cual una entidad intenta mejorar su imagen pública asociándose a una causa social, aunque en la práctica no respalde ese discurso, o incluso, actúe en su contra. Es decir, que cualquier cosa o acción positiva que realice el Estado de Israel es un “mero intento” de mejorar su imagen, como por ejemplo participar en la vuelta ciclista, la lucha por los derechos LGTBI+ que desarrollan en Israel, etc.  En conclusión, para el gobierno de coalición español, Israel siempre será un estado “genocida”, “colonialista” y “un aparthier”. Sin embargo, actualmente, este gobierno esta en la mira de la justicia por diferentes casos de corrupción: organización criminal, tráfico de influencias, manipulación de licitaciones de obras públicas y prostitución.

Entonces, ¿cuál es su estrategia principal a la hora de utilizar este término? Demonizar al Estado y a los ciudadanos de Israel, ponerlo como foco principal ante la ciudadanía para ocultar toda la trama de corrupción que existe dentro de su partido y su gobierno. ¿Acaso este planteamiento por parte del gobierno no lo convierte también en una planificación washing para mejorar su imagen ante nosotros, los ciudadanos españoles?

Sin embargo, a pesar de que haya mucho “washing” y pocas nueces, me siento positiva porque sé que todavía existimos muchos ciudadanos fuertes con propio criterio que no nos dejamos engañar por nadie. Compañeras, caballeros, maricones míos, esto no es una cuestión de derechas o de izquierdas, es una cuestión de combatir los delitos de odio, es una cuestión de luchar y defender lo que es justo y correcto. El antisemitismo es una lacra que nos perjudica a todos y combatirlo también forma parte de la defensa de los derechos humanos.

*En este texto la autora, miembro del colectivo LGTBI+, utiliza expresiones propias de este colectivo que, aunque fuera de contexto puedan sonar fuertes, aquí se emplean con tono afectivo y reivindicativo.

Asociación Asturiana de Amigos de Israel
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