Enfoque Judío | Ni olvidamos ni callamos

No podemos dejar el recuerdo de las víctimas israelíes reducido a las lágrimas derramadas en nuestras casas. Ni podemos permitir que sus nombres sean borrados por la sombra de los muertos de quienes cometieron la masacre. El silencio tiene que salir de su escondite, romperse y hacerse voz.

Autora: Jimena García Herrero

Se acerca el 7 de octubre. Con él llegan de nuevo las infernales imágenes del ataque sufrido por la población israelí. Nuestra mente recupera, más aún que cualquier otro día, la brutalidad de la masacre, el horror de las víctimas. Con él llega de nuevo el cruel aullido surgido en esas mismas horas «no son víctimas, son culpables», incluso mientras los terroristas y civiles gazatíes cometían su barbarie.

Y, con este día, llega también el silencio. El silencio que acompañó, durante estos dos años, a las víctimas del 7 de octubre—a los asesinados, a los secuestrados, a sus familias— por parte de la población mundial. Silencio doloroso e hiriente.

Esto fue lo que ocurrió. Hamás, otros grupos terroristas y civiles gazatíes invadieron el territorio de Israel al amanecer del 7 de octubre de 2023. Atacaron aldeas, kibutz, ciudades, puestos fronterizos… y el festival de música Nova. Los rostros de las 1.139 vidas asesinadas —entre ellas las de 36 niños—, de los miles de heridos y de los 251 secuestrados y trasladados a Gaza, irrumpen entre este oscuro silencio.

En la mañana del 7 de octubre, ya el grito de «no eres víctima, eres culpable» se extiende como veneno impregnando los cielos de la orgía infernal, mientras aún las víctimas gritan en un descampado al ser violadas en grupo y mutiladas, mientras que cientos de jóvenes que bailaban corren despavoridos o se esconden aterrorizados llamando a sus casas para despedirse al tiempo que son tiroteados, mientras los bebes llorando son descuartizados delante de sus padres en sus casas, mientras las familias son encerradas e incendiadas… Es entonces cuando la cabeza de Medusa es alzada sobre el horizonte del 7 de octubre, petrificando la compasión del mundo entero. Así, mientras los inocentes son asesinados, torturados, violados y mutilados, el eco que atraviesa los continentes es el mismo: «te mereces esto».

Dos años después, Israel sigue sumido en una guerra, como todas, brutal; cientos de soldados israelíes y miles de gazatíes muertos; 48 seres humanos siguen secuestrados y siendo torturados; los misiles y drones siguen cayendo desde Gaza y desde Yemen; los ataques terroristas desde Judea y Samaria continúan; y el pueblo de Israel lucha por salir del trauma.

La mano de Irán y de Catar se despliega por las instituciones internacionales y nacionales y éstas se dejan acariciar; el antisemitismo se adueña de las calles en Europa, América y Oceanía, donde israelíes, judíos y amigos de Israel son insultados, silenciados y atacados.

¡Quién lo iba a pensar! ¡Quién iba tan siquiera a imaginar aquella terrible mañana que ante tal atrocidad la voz del mundo solo se escucharía para atacar a las víctimas! ¡Quién iba a creer que el antisemitismo tomaría de nuevo el mundo occidental ante el silencio de la gran mayoría!

Pero ni la calle, ni el dolor, ni el humanismo, ni la justicia, ni la moral son de ellos. Y eso lo sabemos todos. También ellos. Es más, ellos más que nadie lo saben.

No podemos dejar el recuerdo de las víctimas israelíes reducido a las lágrimas derramadas en nuestras casas. Ni podemos permitir que sus nombres sean borrados por la sombra de los muertos de quienes cometieron la masacre. El silencio tiene que salir de su escondite, romperse y hacerse voz. Voz que pronuncie sus nombres, voz que recuerde sus vidas, voz que clame por la liberación inmediata de todos los secuestrados. El silencio debe transformarse en memoria y en justicia.

Porque somos muchos los que ni olvidamos ni callamos 

Fuente: https://enfoquejudio.es/ni-olvidamos-ni-callamos/

Asociación Asturiana de Amigos de Israel
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.