Drama en un avión de Vueling cuyo comandante desalojó a un grupo judío de Francia tras una canción en hebreo. Los padres acusan a la compañía de «antisemitismo».

Un incidente ocurrido este miércoles en el aeropuerto de Manises (Valencia) ha generado preocupación entre la comunidad judía española y abierto múltiples interrogantes sobre lo ocurrido, sobre la actuación policial y sobre la situación de una parte de los adolescentes en este momento, que permanecen aún en la ciudad en un hotel a la espera de su vuelo de regreso.
Según los testimonios recogido por Enfoque Judío, un grupo de 52 adolescentes judíos franceses que se encontraban en un campamento de verano de la empresa Kinneret, fue obligado a abandonar un vuelo comercial de la compañía Vueling tras cantar canciones tradicionales en hebreo antes del despegue y degenerar toda la situación en un altercado con la tripulación.
Para el ministro israelí para la Diáspora, Amichi Chikli, el suceso está «en línea con la campaña de mentiras de Hamás, repetida por Al Jazeera, Haaretz y otros, estamos presenciando numerosos incidentes antisemitas graves recientemente; este es uno de los más serios».
«Creciente hostilidad» de la tripulación
Según los testimonios recogidos, la actitud de la tripulación ante el canto de los menores fue de «creciente hostilidad». La madre de uno de los adolescentes, que tienen todos entre 13 y 15 años, contó que los hechos ocurrieron cuando los jóvenes regresaban de un campamento de verano en España rumbo a París y uno de ellos se puso a cantar.
«Suben al avión. Se sientan, y uno de los niños empieza a cantar una canción en hebreo, pero bueno, simplemente así, empieza a cantar», dijo al canal i24 Karine Lamy, quien ha denunciado que lo que ocurrió en Valencia fue un acto de antisemitismo.
La reacción del personal de cabina, aseguró tras hablar con su hijo y la directora del grupo, fue inmediata: «El personal de a bordo se le acerca, también a la directora, y les dicen: ‘Les avisamos desde ya: si siguen cantando o haciendo ruido, llamamos a la policía’». Según la madre, los niños se calmaron y permanecieron en silencio, pero «cinco minutos después, sin que el personal vuelva a intervenir, llegó la Policía».
Algunos testigos contaron a sus padres que miembros de la tripulación compararon a los adolescentes con «terroristas» y calificaron a Israel de «Estado asesino», extremo que no ha podido ser confirmado por Enfoque Judío con ninguna otra fuente.
Pero lo ocurrido después dentro del avión sigue siendo una incógnita. Los auxiliares de vuelo y el propio capitán habrían considerado inapropiado el comportamiento del grupo, exigiendo en primer lugar que cesaran los cánticos y, ante la negativa o demora en acatar la orden, decidieron solicitar la intervención de la Policía.
Uno de los instructores del grupo confirma, en un video difundido horas después, camino de tomar otro vuelo, que el grupo había hecho ruido a la ida: «A la ida, hicieron ruido. Nosotros también hicimos ruido a la ida. Y entonces, los estaban esperando al acecho para el vuelo de regreso«, se le escucha decir a los menores. «Ahí, hicieron bajar del avión a todos. Una parte va a tomar otro avión, otros van a regresar en autobús, es un lío monumental».
Frente a ello, un viajero independiente al grupo dejó este testimonio en Instagram:
«Hola, voy a dar mi punto de vista como pasajero. Efectivamente, regresaba de Valencia con mi hija y nadie en el avión entendió lo que estaba pasando, porque el grupo subió al avión con normalidad, sin gritar —lo cual es raro en adolescentes—. Insisto en que se comportaban bien para ser adolescentes. Durante las instrucciones de seguridad, llamaron a la policía porque mencionaron un problema de seguridad en el avión… y finalmente hicieron desembarcar a los niños y despegaron con 2 horas y media de retraso por nada. Quiero decir que los niños se mantuvieron educados y abandonaron el avión con calma«.
Desalojo y arresto de la directora
Los agentes procedieron al desembarque forzoso del grupo completo. La directora, una joven de 21 años, fue arrestada por hacer algún tipo de «gesto extraño» o «amago de agredir» a los agentes, según fuentes oficiales.
Una de las tesis sugiere que se opuso con firmeza al desembarco de los menores, por lo que fue reducida en el lugar. En las imágenes de un video viralizado se la ve boca abajo y siendo arrestada por un agente con las manos a la espalda, mientras otro trata de apartar a los menores.
Tras el desembarco forzoso, el grupo fue retenido en el pasillo trasero del avión. «Ahí les piden a todos los niños que saquen sus teléfonos móviles, los pongan en el suelo, para poder borrar todos los vídeos que pudieran haber grabado», según Lamy. La directora se opuso y le contestó: «No, no toquen a mis chicos. No tienen derecho a cogerles sus teléfonos. Eso está prohibido’».
Lamy contó que al requerir los agentes los teléfonos, la directora empezó a protestar y que los Policía le dijeron que «si no podemos tocar los teléfonos, la arrestamos a usted». Y ahí mismo la agarraron con fuerza, la tiraron al suelo y le pusieron las esposas.
Hasta el momento no está claro si a los niños se les requisó el teléfono, o si obligaron a la monitora a firmar un compromiso de no difundir imágenes del suceso, como indicaron algunas fuentes.
El regreso
Tras ser desembarcados, los adolescentes fueron reubicados progresivamente en distintos vuelos. Un grupo ya ha abandonado Valencia con destino a París en otra compañía, mientras que un segundo grupo –unos 20 chicos de 13 años acompañados por cuatro instructores- permanece en un hotel cerca del aeropuerto a la espera de su vuelo mañana, jueves. Se desconoce aún si la directora se encuentra aún bajo arresto.
Algunos miembros de la comunidad han visto el caso como un posible caso de discriminación antisemita y han advertido que «si esta versión se confirma, estaríamos ante un gravísimo acto de odio en el corazón de Europa».
No obstante, y pendientes de una reacción oficial de la Policía, las circunstancias precisas del caso están por esclarecer, así como si es que se produjo algún tipo de comportamiento inadecuado por parte de los menores.
Por el momento, tampoco la aerolínea implicada, ni las autoridades aeroportuarias, han emitido un comunicado oficial. La versión de la tripulación, que motivó la intervención policial, sostiene que los adolescentes desobedecieron instrucciones reiteradas de permanecer en silencio antes del despegue, lo que habría generado una situación de tensión a bordo.
Apoyo en España y queja del Club Kineret
Mientras familiares y organizaciones judías en España e Israel siguen recabando información para esclarecer los hechos, varios miembros de la comunidad han seguido el caso desde que comenzó el incidente y se han organizado por si el grupo necesitara cualquier cosa, desde seguridad a alimentos kosher.
El Club Kineret, que organizaba el campamento, difundió un mensaje a los padres en los que les aseguraba que «regresarán mañana», jueves, y que les serían notificados los horarios.
«Estamos haciendo todo lo posible para gestionar la situación de la mejor manera. El desembarco de los niños y sus equipajes del avión es un acto puramente antisemita. Estamos iniciando un procedimiento contra la compañía aérea, del cual les mantendremos informados», informaron en su notificación a los progenitores.
«Tengan la seguridad de que estamos cuidando muy bien de los niños: hemos reservado habitaciones de hotel y encargado comidas a través del Beit Jabad», concluye.
Por su parte, el ministro israelí para la Diáspora, Chikli, opinó en un post en el que adjuntaba el video de la detención de la directora que «la tripulación de la aerolínea Vueling dijo que Israel es un Estado terrorista y obligó a los niños a bajar del avión».
«En línea con la campaña de mentiras de Hamás, repetida por Al Jazeera, Haaretz y otros, estamos presenciando numerosos incidentes antisemitas graves recientemente; este es uno de los más serios», consideró.
«Todo lo que sea kipá, tzitzit, lo que lleven puesto, nos lo quitamos. Ningún signo religioso visible»
Instrucciones a niños judíos tras el incidente en el aeropuerto de Manises.
Tras el polémico desalojo de 52 adolescentes judíos de un vuelo de la aerolínea Vueling en el aeropuerto de Manises (Valencia), este miércoles, las consecuencias emocionales y logísticas del suceso siguen acumulándose. Según un video de lo que parece un traslado en autobús del primero de los dos grupos que regresó el mismo día a París en avión –el segundo permanece en Valencia a la espera de vuelo-, un instructor se dirige a los menores para pedirles ante todo silencio pero también que se quiten cualquier «signo religioso visible».
El mensaje, con tono firme, comienza relatando que ya en el vuelo de ida los jóvenes habían hecho ruido, y que eso habría condicionado la actitud de la aerolínea en el trayecto de regreso.
«A la ida, hicieron ruido. Nosotros también hicimos ruido a la ida. Y entonces, los estaban esperando al acecho para el vuelo de regreso«, se escucha decir. «Ahí, hicieron bajar del avión a todos. Una parte va a tomar otro avión, otros van a regresar en autobús, es un lío monumental».
Pero el fragmento más impactante del audio no se refiere a la logística, sino a las instrucciones que se dan a los menores con respecto a su identidad religiosa: «Escúchenme bien: las reglas son claras. Todo lo que sea kipá, tzitzit, (..), lo que sea que lleven puesto, nos lo quitamos. Lo metemos dentro del pantalón, y todo lo que sea identificable, lo meten en la maleta después. ¿Ok? No dejamos ningún signo religioso visible«.
La directiva a los menores es clara: mantener un perfil bajo, silencio absoluto y obedecer al instructor al pie de la letra.
«Van a seguir las reglas, vamos a embarcar en el avión y ni una palabra, ni un ruido. Se sientan, se abrochan el cinturón, nadie se levanta sin mi permiso, incluso si es para ir al baño. No les vamos a dar a estos antisemitas la oportunidad de echarnos del avión. Hoy volvemos todos a París».
Las indicaciones, dirigidas a niños de entre 13 y 15 años, reflejan el ambiente de tensión y vulnerabilidad generado por lo ocurrido a lo largo del día, en el que presenciaron la detención por la guardia Civil de la directora del grupo. «Confío en la madurez de cada uno y cada una. Incluso para ir al baño hay que pedir permiso. Sé que es pesado y que ya son grandes, pero es por el bien de todo el grupo y por el bien de nuestro viaje».
La situación, que ha despertado indignación en redes sociales, continúa sin una versión oficial detallada por parte de la compañía aérea ni de las autoridades aeroportuarias. Mientras tanto, la escena descrita —niños escondiendo sus signos religiosos por miedo a ser expulsados— ha quedado como un testimonio estremecedor de la realidad vivida por este grupo en España
Fuente: https://enfoquejudio.es/