A Doña Ana Redondo, Ministra de Igualdad del Gobierno de España; a las asociaciones de mujeres; a organizaciones feministas y hombres justos.
Se acerca el 8 de marzo, día de reivindicación por los derechos de la mujer y la igualdad de género en el mundo.
Recordamos aquel 8 de marzo de 1908 cuando 40.000 trabajadoras de las fábricas textiles de Estados Unidos se alzaron en huelga con el fin de luchar por un salario y condiciones de trabajo dignos. Se recuerda también aquel día funesto para más de 120 trabajadoras de la Cotton Textil Factory en Nueva York que perecieron, encerradas en la fábrica por los propietarios, en un incendio “fortuito”.
Aquellas valientes mujeres son las que abrieron un nuevo camino para nosotras, iniciado por Clara Zetkin, mujer judía y líder del feminismo. El 8 de marzo se convirtió en un día para todas las mujeres del mundo, sin distinción de procedencia, raza, religión y orientación sexual. Un día y un espacio seguro donde nos sentimos escuchadas y apoyadas entre TODAS nosotras.
El 7 de octubre de 2023, ocurrió una masacre en Israel donde más de 1.400 personas, en su mayoría civiles, fueron asesinados de la manera más brutal y cruel jamás vistos. Entre ellos, decenas de mujeres israelíes fueron brutalmente violadas, sus genitales mutilados con clavos antes de recibir un tiro final en la cabeza. Sus pechos fueron cortados y llevados de trofeo a Gaza donde la población civil recibió a los terroristas con clamor y alegría. Seguramente habréis visto por los medios de comunicación el cuerpo desnudo y sin vida de Shani Louk, 22 años, tirada en la parte trasera de un 4×4 como muñeca de trapo, y escupida por los habitantes de Gaza, hasta por jóvenes adolescentes. Luego fue confirmado que la decapitaron.

Esta joven mujer que veis abajo es Naamá Levy, 19 años, activista por la paz, y cuya última noticia que tenemos de ella es un video dónde se ve que un terrorista de Hamas la saca de un maletero y ella está con sus pantalones ensangrentados en la entrepierna.

Tenemos aún a 134 secuestrados israelíes en Gaza, cuyas mujeres siguen siendo violadas y maltratadas, algunas siendo muy jóvenes como Karina Ariev, Liri Albag, Agam Berger o Daniela Gilboa, todas de 18-19 años con riesgo de que ya estén embarazadas de sus violadores. Sin embrago, no hemos visto por parte del Gobierno español, especialmente de las ministras, un firme y rotundo mensaje de condena a los terroristas ni ningún mensaje específico de apoyo a estas mujeres, que son tan féminas como la que más.
No se ha alzado la voz de ninguna organización feminista manifestando la repulsa por lo sucedido, ni un solo mensaje de condena a los agresores, ninguna señal de apoyo para ellas y sus hijos, víctimas de violencia vicaria, ningún signo de piedad, sólo silencio. ¿Por qué? ¿Acaso las mujeres israelíes no cuentan como mujeres? ¿No se supone que la lucha para los derechos de la mujer es para TODAS? Este silencio es inadmisible y puede ser contemplado como aceptación de la extraordinaria gravedad de los hechos.
Mientras mujeres israelíes siguen siendo víctimas de violaciones y torturas, estamos viendo carteles en preparación a la celebración del 8 de marzo 2024 con bandera palestina y condenando al estado de Israel, y esto nos resulta totalmente incomprensible e indignante.
Os recordamos que, en Gaza, los derechos para la mujer y la comunidad LGTBI no existen. La mujer sufre de subalternidad y machismo. Y allí la LGTBOFOBIA culmina en el asesinato, salvo que huyan a Israel. Gaza está gobernada por un grupo terrorista, Hamas, que tiene que ser desmantelado por el propio bien de los palestinos y del mundo entero.
Hamas cometió una masacre terrorista, misógina y antisemita el 7 de octubre. Si tenéis algún respeto por las mujeres israelíes que han sido masacradas y por las que estando siendo secuestradas en Gaza, os pedimos por favor que por lo menos seáis justas ese día 8 de marzo y que dejéis de deshumanizar y demonizar la población de Israel, mezclando temas que no tienen nada que ver con lo que allí está sucediendo.
La guerra actual en Gaza es una guerra no deseada por Israel, en respuesta a un ataque muy bien calculado, premeditado, y dirigido a una población civil de un país, con una brutalidad y violencia sin precedente. Lamentamos, por supuesto, la pérdida de vidas inocentes palestinas en este conflicto, especialmente las de mujeres y niños/as. Y entendemos una cosa importante: Hamas no es un ejército militar que da la cara a sus adversarios, es un enemigo salvaje y cobarde a la vez, que se esconde dentro de su población civil para generar víctimas y atraer ayudas internacionales. A Hamas no le importa su población, la coge de escudo humano, hasta tal punto que muchos de sus
líderes viven en riqueza en otros países de la región. No hay paz que Hamas quiera con Israel, sólo quiere su destrucción total como afirma en su Carta Fundacional.
No se puede hablar de comparar situaciones, el 7 de octubre y la guerra posterior desencadenada por Hamas. Solo hay que observar la forma en que mueren las personas en esta tragedia.
No se puede equiparar una muerte no deseada, en un espacio de guerra, con los asesinatos premeditados del 7 de octubre, de una violencia extrema en época de paz y sin provocación ninguna. Hemos visto crueldades de un sadismo desconocido, desde degollamientos con cuchillos de cocina, encerrar a niños en un armario con una granada dentro, violar a mujeres y pegarles un tiro en pleno acto de violación delante de sus familias, decapitar bebés, quemarlos vivos en un horno, abrir el vientre de una mujer embarazada para sacar y matar a su feto, etc.). Estos son crímenes de lesa humanidad y esto no los comete el pueblo de Israel.
En una marcha para el Día Internacional de la Mujer, alzar la bandera de Palestina, confundiéndola con Hamas, cuyos líderes han torturado, violado, mutilado y secuestrado a mujeres y niñas, es humillar a las mujeres y a las víctimas del 7 de octubre e incluso a las mujeres palestinas. Es un retroceso ético, moral e histórico.
Para el 8 de marzo 2024, os invitamos a salir de vuestros prejuicios, reivindicar la liberación de mujeres niños, ancianos y el resto de los secuestrados, y condenar a estos terroristas misóginos que verdaderamente hacen imposible caminar para avanzar en la igualdad de género en Oriente Medio.
Un cordial saludo.