Carta al Rector de la Universidad de Oviedo

El pasado 10 de febrero se inauguró en el Claustro Alto del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo la exposición fotográfica titulada «Cisjordania resiste». La mayor parte de los textos que acompañan a las fotografías pretenden demonizar al Estado de Israel, por lo que se ha considerado oportuno enviar una carta de queja al rector de la Universidad. Como institución pública que representa a toda la sociedad, la Universidad de Oviedo debe evitar este tipo de posicionamientos extremos que solo generan sentimientos de odio hacia Israel y enaltecen el terrorismo.

Asunto: Protesta por Exposición Fotográfica en instalaciones pertenecientes a la Universidad de Oviedo

Al Sr. Rector Magfco. de la Universidad de Oviedo,

Nos dirigimos a usted en calidad de ciudadanos preocupados y defensores de un debate informado y equilibrado sobre temas internacionales de alta sensibilidad política e histórica, y haciéndonos eco del sentir de muchos ciudadanos. Hemos visitado la exposición fotográfica actualmente exhibida en el Claustro Alto del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, “Cisjordania resiste” de Mauricio Morales. Lamentablemente, consideramos que esta exposición ofrece una visión parcial que demoniza al Estado de Israel, sin proporcionar el contexto histórico y legal necesario para una comprensión objetiva de la situación.

A continuación, detallamos varios de los términos y expresiones utilizados en dicha exposición que contribuyen a ofrecer una visión parcial y sesgada del conflicto. Es fundamental analizar el lenguaje empleado, ya que las palabras no solo describen la realidad, sino que también la interpretan, influyendo en la percepción del público. Al elegir determinadas expresiones, se corre el riesgo de justificar o legitimar acciones violentas, al mismo tiempo que se desvirtúa el contexto histórico y legal del conflicto.

1º- Se utiliza constantemente el término “ocupación” y “territorios ocupados”. Es fundamental aclarar ciertos aspectos sobre la situación de Cisjordania, es decir, Judea y Samaria. Antes de 1967, no existía una legítima soberanía en este territorio, ya que había sido ilegalmente ocupado por Jordania desde 1948. Cabe señalar que solo dos países —Gran Bretaña y Pakistán— reconocieron dicha ocupación. Durante ese periodo, no hubo demandas palestinas para poner fin a la ocupación jordana ni para crear un Estado palestino en esa región.

Asimismo, es importante distinguir entre la adquisición de territorio en una guerra de conquista y en una guerra de autodefensa. Una nación que ataca y retiene territorio conquistado actúa como potencia ocupante, mientras que una que adquiere territorio al defenderse no se encuentra en la misma categoría. Esta es precisamente la situación con Israel en 1967: Israel advirtió al rey Hussein de Jordania que no le atacaría en la guerra, si este se mantenía al margen. Sin embargo, al ser atacado por Jordania, Israel respondió en defensa propia y pasó a controlar Cisjordania. Por tanto, no es una ocupación ni territorios ocupados.

La resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU reconoció el derecho de Israel a reclamar parte de los territorios adquiridos en 1967 para establecer fronteras defendibles. Además, desde los Acuerdos de Oslo, Israel ha transferido casi toda la jurisdicción civil en Judea y Samaria a la Autoridad Palestina, quedando el 98% de la población palestina bajo su administración. La presencia militar israelí en algunos territorios ha respondido a la necesidad de garantizar su seguridad y la de sus ciudadanos frente a actos de violencia continuada.

2º – Nos gustaría también señalar nuestra preocupación por la terminología utilizada en la exposición, que recurrentemente se refiere a “combatientes de la resistencia armada” o “combatientes palestinos”, en un claro intento de idealización de terroristas. Describe a individuos que han llevado o tienen la intención de llevar a cabo atentados violentos contra civiles israelíes. Este uso del lenguaje no solo resulta eufemístico, sino que también contribuye a una narrativa que justifica o legitima actos de terrorismo y que distorsiona los hechos.

La posesión y el uso de armas por los palestinos violan los compromisos contraídos por ellos en varios acuerdos suscritos con Israel. Según los acuerdos de Oslo, las únicas armas permitidas en las áreas controladas por los palestinos son pistolas, fusiles y ametralladoras, y éstas sólo pueden estar en posesión de los agentes de seguridad de la Autoridad Palestina (ATP). En los campamentos de Judea y Samaria, administrados por la UNRWA, se han descubierto fábricas de armas cortas, granadas, pistolas, minas, misiles de corto alcance, morteros y laboratorios de explosivos; y, además, túneles subterráneos y pozos. Estos arsenales representan una grave amenaza para la seguridad de Israel, ya que muchos de los atacantes palestinos están dispuestos a inmolarse para asesinar a inocentes judíos.

En la última década, el contrabando de armas y dinero en efectivo hacia Judea y Samaria ha aumentado considerablemente, a menudo a través de rutas provenientes de países vecinos. Este dinero financia el terrorismo, mientras que las armas son utilizadas por grupos terroristas para llevar a cabo ataques contra las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) y ciudadanos israelíes. Israel se enfrenta a una situación casi imposible al intentar proteger a su población civil de esta constante amenaza terrorista. Para combatirla, las IDF, en coordinación con el Servicio de Seguridad Interior (ISA), han intensificado sus esfuerzos para frenar el contrabando de armas y dinero hacia Judea y Samaria. Estas operaciones incluyen acciones específicas y la interrupción de rutas de contrabando, con el objetivo de detener el flujo de materiales que alimentan el terrorismo.

En documentos oficiales de la Autoridad Palestina, se hace referencia a Yenín como «la capital de los suicidas», reflejando la magnitud de la amenaza que enfrenta Israel. Desde octubre de 2023, ha habido un drástico aumento en el número de ataques terroristas procedentes de Judea y Samaria (más de mil ataques terroristas, tiroteos, apuñalamientos, embestidas de coches, bombas suicidas…), mientras que los grupos terroristas organizados se han fortalecido significativamente (Hamás, Jihad Islámica Palestina, Brigadas de los  Mártires de al-Aqsa, ISIS y otros).

Por todo ello, el Estado de Israel se ve obligado a tomar medidas drásticas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos y evitar otro incidente de gran envergadura, especialmente tras los eventos del 7 de octubre.

Por tanto, las personas que observamos armadas en las fotos son terroristas de alguno de estos grupos o de sus facciones, si no, no estarían en posesión de un arma.

3º- Se dice que “en Gaza ocurre un genocidio observado en tiempo real”. Según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU (1948), el genocidio implica actos cometidos con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Estos actos incluyen asesinatos masivos, daños graves a la integridad física o mental, o condiciones de vida que busquen la destrucción física, entre otros. Israel no tiene una política de exterminio ni busca eliminar al pueblo palestino. Sus operaciones y acciones militares están enfocadas en neutralizar amenazas terroristas y proteger a sus ciudadanos de ataques y dirigidas contra infraestructuras y militantes de grupos terroristas como Hamás, que gobiernan Gaza, y la Yihad Islámica, no contra la población civil palestina en sí. Israel emplea advertencias previas (como llamadas telefónicas o panfletos), cancela ataques estratégicos cuando se identifican civiles en el área objetivo, utiliza fuerzas terrestres en zonas de alta densidad e intenta evacuar a la población civil de zonas enteras de Gaza antes de realizar ataques para minimizar víctimas civiles; algo incompatible con la intención genocida. Israel permite el ingreso de ayuda humanitaria, incluidos alimentos, medicinas y combustible, coordinándose con organismos internacionales. Un genocidio se caracterizaría por el bloqueo total de suministros básicos para provocar la destrucción del grupo afectado, lo cual no ocurre en Gaza.

Hamás utiliza a civiles como escudos humanos, almacena armas en áreas civiles (como hospitales y escuelas) y lanza cohetes desde zonas residenciales, aumentando el riesgo de víctimas civiles. La falta de infraestructura civil adecuada en Gaza se debe en parte al desvío de recursos humanitarios por parte de Hamás hacia fines militares, en lugar de mejorar las condiciones de vida de la población.

4º- En los textos que acompañan a las imágenes aparecen una serie de cifras de muertos presentados como civiles: el 96% de los palestinos asesinados en Judea y Samaria eran terroristas o combatientes armados y el 4% civiles que quedaron atrapados por error en el fuego cruzado.

5º- En la exposición se muestra una fotografía presentada con el siguiente texto: “Ahed Tamimi, activista palestina de 23 años. Junto a su familia han resistido la ocupación y los ataques de las fuerzas israelíes. Ha sido arrestada por las fuerzas israelíes y encerrada en sus cárceles. Ramallah, 2023”. Entre otras muchas cosas, la activista política palestina y partidaria del terrorismo Ahed Tamimi pidió el 28 de octubre de 2023 el asesinato de los colonos de Judea y Samaria en una publicación en Instagram: «Os estamos esperando en todas las ciudades de Cisjordania, desde Hebrón hasta Yenín. Os mataremos y diréis que lo que os hizo Hitler fue una broma. Beberemos vuestra sangre y nos comeremos vuestro cráneo. Vamos, os estamos esperando «. Esto fue lo que escribió en las redes sociales la “activista” palestina. 

La Universidad, como institución académica de prestigio y espacio de pensamiento crítico, financiada con fondos públicos, tiene la responsabilidad de fomentar un debate informado y justo. Una exposición que presenta una narrativa unilateral —y manipulada— no solo falta a este principio, sino que también puede incitar a la desinformación, al sesgo ideológico y al odio.

Por ello, le solicitamos respetuosamente que revise el contenido de dicha exposición y considere la posibilidad de complementarla con un enfoque más equilibrado que incluya el contexto histórico y legal del conflicto. Asimismo, sería recomendable abrir espacios de debate en los que se puedan presentar diferentes perspectivas sobre el tema, promoviendo así un diálogo constructivo y educativo.

Agradecemos de antemano su atención a esta petición y quedamos a su disposición para cualquier aclaración o diálogo que considere oportuno.

Atentamente,

              Fdo. Aida Oceransky Comunidad Judía de Asturias              Fdo. José Antonio Álvarez Riesgo Asociación Asturiana de Amigos de Israel              Fdo. Jimena García Herrero Asturias contra el Antisemitismo